Tu casa cuenta secretos

Mira a tu alrededor. En tu hogar, todo lo que te rodea tiene un por qué, cada cosa encierra una historia, es algo que has elegido. Si se trata de una foto, una lámpara o un sofá, todos esos pequeños detalles desvelan quién habita en ese lugar.

1. Afianzar nuestra identidad

Toda casa es una especie de “declaración de identidad” ya que la decoramos para reflejar nuestras actitudes, metas, valores, roles sociales y prioridades en la vida. Aunque no siempre somos conscientes de ello.

De hecho, los libros que tenemos dicen mucho sobre quiénes somos, así como las fotos que decidimos colocar a la vista o incluso el tamaño de los espejos, que hablan de nuestro nivel de vanidad. Esos detalles que colocamos en las zonas más visibles de la casa son un mensaje muy claro a las personas que nos visitan, les dicen “soy esto, esto es lo que me importa”.

2. Influir en nuestros pensamientos y sentimientos

El diseño y la disposición de los objetos, así como el color y la iluminación en los diferentes espacios de la casa, tienen el objetivo de despertar determinados pensamientos y emociones. Por ejemplo, en la sala de estar deseamos transmitir la sensación de calidez y bienvenida, mientras que en el dormitorio queremos crear un espacio más íntimo y relajante. Como nuestras prioridades y dinámicas familiares cambian, también queremos que nuestros espacios sean diferentes.

Además, nos cercioramos de incluir detalles que despierten ciertas sensaciones y emociones, como las fotos de ese viaje inolvidable, la imagen de nuestra mascota o un regalo especial. Todas las cosas que hemos elegido, de cierta forma, despiertan emociones que nos resultan agradables y, por tanto, hablan de nuestra historia y de quiénes somos. Por ejemplo, un espacio muy iluminado desvela a una persona muy activa mientras que los espacios con luces bajas, cortinas y persianas indican que en esa casa vive una persona que prefiere la calma y la serenidad.

3. Rastrear nuestra conducta

Las razones por las cuales elegimos un sofá o una mesa no siempre son conscientes. En la mayoría de los casos no nos basamos simplemente en el color, el modelo o el precio, a veces hay algo más profundo que brota directamente desde el inconsciente. De hecho, en todas las casas se pueden encontrar pruebas de los comportamientos habituales de las personas que allí viven.

Puede tratarse de la forma en que organizamos los libros, una postal que se ha quedado encima de la mesa, una entrada para una obra de teatro o incluso la forma en que colocamos los rollos de papel higiénico en el gabinete. De hecho, un baño limpio y pulcro es sinónimo de una persona orientada al orden. Todos los pequeños detalles revelan qué hemos hecho en los últimos días y cuáles son nuestros hábitos.

Ahora que ta lo sabes, Vuelve a ver tu casa y piensa, ¿Qué dice de ti? ¿Cómo puede contar más tu historia y ser más única? Si tu casa es una extension de tu personalidad, ¿cómo sacarle más provecho?

Mujer durmiendo en su sala

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